Tratamiento del Queloide y de la Cicatriz Hipertrófica

Tratamiento del Queloide y de la Cicatriz Hipertrófica

El queloide es una forma anormal y estéticamente indeseada de cicatrización de la piel, caracterizada por ser una cicatriz exuberante, gruesa, con relieve y de color rojizo. El término queloide tiene origen griego y significa algo como "aspecto de tumor". El nombre es bien apropiado, ya que el queloide es incluso una tumoración benigna.

El queloide puede surgir después de cualquier tipo de lesión de la piel, incluyendo heridas comunes, cortes quirúrgicos, acné, colocación de piercing y hasta tatuajes.

Es importante destacar que no toda cicatriz grande y fea es necesariamente un queloide. Muchas personas que buscan ayuda del dermatólogo para tratar las supuestas cicatrices con queloides tienen, en realidad, sólo una cicatriz hipertrófica.

En este artículo, vamos a explicar las diferencias entre el queloide y la cicatriz hipertrófica. Vamos a hablar también de las causas, los síntomas, el tratamiento y la prevención del queloide.

Diferencias entre queloides y cicatriz hipertrófica

El proceso de cicatrización normal y deseable es aquel que lleva a la formación de una cicatriz plana, clara y que se limite al lugar de la piel que fue herido. Tanto el queloide como la cicatriz hipertrófica son formas anormales de cicatrización, ya que llevan a la aparición de cicatrices grandes y estéticamente incómodas.

El queloide es una cicatriz espesa, con alto relieve, dura y de color rojizo / violácea. En las personas de raza negra, puede ser muy oscuro. Es común tener picazón o dolor, principalmente en las primeras semanas después del evento que originó la herida. Sin embargo, la principal característica del queloide es el hecho de que no se restringe al área lesionada. La cicatriz con queloide tiende a "invadir" áreas saludables de la piel alrededor de la herida y puede seguir expandiéndose lentamente a lo largo de los años.

La cicatriz no forma el queloide inmediatamente. Se tarda al menos 3 a 4 semanas, pero en algunos casos puede aparecer sólo después de 3 a 4 meses.

La cicatriz hipertrófica, por otro lado, surge con cerca de 2 semanas. Ella, en los primeros meses, puede llegar a ser grande, rojiza y con alto relieve, pero tiende a quedar restringida al área de la herida. Otra gran diferencia es el hecho de que la cicatriz hipertrófica retrocede con el tiempo, quedando más fina y con el color similar a la de la piel. En la fase de regresión, que puede tardar de 1 a 2 años, la cicatriz hipertrófica puede quedar hasta un poco más profunda que la piel. En casos de heridas grandes y en áreas de acumulación de grasa, esta depresión también puede ser estéticamente incómoda.

La cicatriz hipertrófica es mucho más común que el queloide. Si usted tiene una cicatriz que cree que es un queloide, pero después de algunos años se vuelve mucho más discreta, usted probablemente tiene es una cicatriz hipertrófica que está retrocediendo.

Tanto el queloide como la cicatriz hipertrófica pueden ocurrir en cualquier persona, pero el queloide es mucho más común en individuos negros, mestizos o de origen asiático. La cicatriz hipertrófica ocurre de forma igual en cualquier etnia.

¿Cómo surge el queloide?

El origen preciso del queloide todavía es desconocido. Se sabe que algunos individuos, principalmente aquellos de etnia negra y asiática, tienen una propensión mayor a producir mediadores químicos que estimulan la proliferación de fibroblastos. Los fibroblastos son las células de reparación y producen el colágeno que dan origen a la cicatriz. El queloide es, por lo tanto, un tumor benigno, que surge por proliferación excesiva de fibroblastos y colágeno.

Atención, el queloide es un tumor benigno, que nada tiene que ver con el cáncer. Quien tiene queloide no presenta un riesgo mayor de cáncer de piel.

El queloide puede surgir a partir de cualquier lesión que requiera cicatrización. Los casos más comunes son las heridas quirúrgicas, pero las personas con alta predisposición pueden crear queloides a partir de tatuajes, piercing en la nariz o en la oreja, lesiones de varicela, lesiones causadas por el acné o hasta vacunaciones, principalmente BCG para la tuberculosis. Las quemaduras y lesiones que demoran la cicatrización son aquellas con mayor riesgo de formación de queloides.

La ocurrencia del queloide es a menudo impredecible. Una persona puede colocar un piercing en cada oreja y desarrollar queloide sólo en una de ellas.

Los lugares del cuerpo más sujetos a la tracción de la piel y de los músculos, como la parte frontal del tórax, espalda, hombros y la parte superior de los brazos son las más frecuentemente afectadas.

A pesar del efecto estético indeseado, el queloide en sí no trae mayores problemas a la salud, excepto por algún grado de picazón o dolor local. Cuando son muy extensos o surgen en áreas muy expuestas, como en los casos de queloides en la nariz, en la cara o en la oreja, esa lesión puede traer problemas emocionales serios.

Tratamiento del queloide

No vaya pensando que usted encontrará una pomada de queloide que sea milagrosa. Desafortunadamente, los tratamientos simples y efectivos para curar el queloide no existen.

Sin embargo, existen varias opciones que, cuando se usan en conjunto, suelen presentar una buena respuesta, con una importante mención del aspecto de la cicatriz.

Vamos a describir brevemente las opciones de tratamiento más utilizadas para suavizar las cicatrices con queloide. Independientemente de la opción elegida, cuanto antes se ha instituido el tratamiento, mejor serán los resultados.

1- Inyección de corticoides en las lesiones

La inyección de un corticoide, generalmente el acetato de triaminolona, ​​es el tratamiento más utilizado para suavizar los queloides. Su uso precoz impide las cicatrices de quedar muy extensas y ayuda a dejarlas más planas. Las inyecciones se pueden repetir cada 1 o 2 meses. Una desventaja de este tratamiento es que las inyecciones son dolorosas.

Una nueva técnica consiste en la aplicación de nitrógeno líquido sobre la cicatriz durante 15 segundos, antes de la inyección con el corticoide. De esta forma, el dolor es menor y la cicatriz se vuelve más blanda, facilitando la aplicación del medicamento.

2- Gel de silicona

La aplicación de gel de silicona en la cicatriz, principalmente si se inicia en los primeros días, ayuda a mejorar su apariencia. Los mejores resultados parecen obtenerse con láminas o placas de gel de silicona que se aplican como si fueran adhesivos. El uso de estas cuchillas es diario y debe durar unos 2 o 3 meses.

3- Remoción quirúrgica del queloide

Cuando el queloide ya es antiguo, o si los tratamientos conservadores no funcionan, la cirugía se convierte en la mejor opción. En realidad, el objetivo es quitar la cicatriz no deseada y tratar la nueva de forma bien precoz con corticoides y gel de silicona. Esta técnica logra tener éxito en más del 80% de los casos. La cicatriz nueva que surge suele tener aspecto mucho más agradable que la antigua con queloide.

4- Radioterapia (betaterapia)

La aplicación de radioterapia, que debe iniciarse al día siguiente de la cirugía, es extremadamente eficaz, pero su seguridad a largo plazo sigue siendo incierta. Aparentemente, la cantidad de radiación es muy baja y el riesgo de formación de tumores malignos es pequeño. A pesar de ser una técnica ya bastante utilizada, estudios a largo plazo son necesarios hasta que ese tratamiento sea considerado plenamente seguro para su aplicación en personas jóvenes.

5- Fluoracil

El fluoracil es una droga quimioterápica, utilizada en el tratamiento de algunos tipos de cáncer. Su aplicación directamente en el queloide tiene buenos resultados, principalmente si está asociado con corticoides y terapia con láser.

6- Láser

La aplicación de láser en las cicatrices sigue siendo una técnica con resultados controvertidos. Parece ser eficaz en la reducción del relieve y del enrojecimiento del queloide, pero es cara y no todos los médicos tienen experiencia en su aplicación. Los mejores resultados con láser se obtuvieron en estudios que asociaron esta técnica con la inyección de corticoides y fluoracil.

Prevención del queloide

Las personas con historia personal o familiar de queloides deben evitar a toda costa situaciones que puedan generar cicatrices. Si usted ya tiene al menos un queloide, el más sensato es evitar, por ejemplo, la implantación de piercings, principalmente en la nariz o la oreja, que son áreas muy visibles del cuerpo. Las cirugías electivas o con propósito exclusivamente comestible deben ser hechas con mucho cuidado, pues el resultado puede ser catastrófico.

Si la cirugía es inevitable o si el paciente sufre algún accidente con trauma profundo de la piel, lo mejor a hacer es consultar a un dermatólogo o un cirujano plástico para que las medidas descritas arriba puedan ser iniciadas precozmente, para impedir la aparición de cicatrices con queloides extensos.


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