CAUSAS DE MUERTE SÚBITA - Adultos, Atletas y bebés
Llamamos de muerte súbita cualquier evento que lleve a un individuo a la muerte de forma inesperada y relativamente rápida. La muerte súbita puede ocurrir en cualquier grupo de edad, pero es más común en personas mayores, ya portadoras de enfermedades cardíacas previas. Sin embargo, hasta jóvenes atletas o bebés supuestamente sanos pueden morir súbitamente.
En este artículo vamos a revisar las principales causas de muerte súbita en los adultos, en los niños y en los jóvenes atletas.
¿Qué es una muerte súbita?
La definición exacta de muerte súbita aún no es un consenso en el medio médico. Algunos grupos definen la muerte súbita como una muerte inesperada que ocurre tan rápidamente a partir del inicio de los síntomas que su causa no puede ser establecida de forma clínica con absoluta certeza. Esta definición descarta cualquier tipo de muerte violenta, ya sea por homicidio, suicidio o accidentes, así como complicaciones de enfermedades previamente conocidas, como infecciones graves o cáncer.
Otros grupos prefieren definir muerte súbita como un evento que ocurre de forma, al principio, inexplicable y que lleva al paciente al óbito dentro de la primera hora después del inicio de los síntomas. También se encuadran en el concepto de muerte súbita las personas que se encuentran muertas de forma inesperada e inexplicable.
Como son las muertes de causa clínicamente desconocida, los individuos que sufren muerte súbita deben siempre llevarse a la autopsia para que el origen de la muerte pueda ser esclarecida.
Causas de muerte súbita en los adultos
En la gran mayoría de los casos de muerte súbita, la causa tiene su origen en el corazón. Los problemas pulmonares, vasculares y cerebrales también pueden llevar al paciente a una muerte súbitamente e inesperada.
En realidad, hay decenas de causas posibles para una muerte súbita. Las situaciones como la ingesta accidental de veneno, la descarga eléctrica de alto voltaje o la asfixia después de que se ahoga con un objeto o un alimento pueden causar una muerte súbita. Pero no es sobre ese tipo de muerte súbita, ocasionada por situaciones accidentales, que vamos a hablar. Lo que vamos a describir a continuación son muertes súbitas provocadas por eventos naturales, es decir, desencadenada por alguna enfermedad o defecto del organismo.
1. INFARTO FULMINANTE
Los infartos fulminantes son la forma más común de muerte súbita y ocurren por dos mecanismos básicos:
a. Extensa necrosis del músculo cardíaco que conduce a una súbita quiebra de la bomba cardíaca.
b. cambios en la conducción eléctrica normal del corazón que conduce al desarrollo de arritmias cardíacas malignas.
El infarto fulminante es más común en personas jóvenes, ya con antecedentes de infartos anteriores y / o con factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, como diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto, tabaquismo, etc.
El cuadro clínico es similar al de cualquier infarto, con dolor en el pecho con sensación de apriete, que puede o no irradiar al brazo izquierdo o cuello, falta de aire y sudores. En los infartos graves, el paciente entra en colapso circulatorio rápidamente, con hipotensión y pérdida de la conciencia.
Tenemos un artículo exclusivo sobre infarto fulminante que puede ser accedido en este enlace: INFARTO FULMINANTE.
2. ARRITMIAS MALIGNAS
Las arritmias cardiacas malignas no ocurren sólo después de un infarto. En realidad, varias enfermedades cardíacas pueden dar lugar a arritmias y, consecuentemente, a la muerte súbita.
Llamamos de arritmia maligna toda alteración eléctrica del corazón que le impida bombear la sangre de forma efectiva. El tipo de arritmia cardiaca más grave es la fibrilación ventricular.
El corazón del paciente con fibrilación ventricular no se contrae de forma efectiva y el paciente entra en paro cardíaco, aunque todavía tiene actividad eléctrica en el corazón. El paciente se queda sin pulso porque la actividad eléctrica de la fibrilación ventricular es tan caótica que no puede controlar de forma efectiva la contracción del músculo cardíaco.
Entre las enfermedades que pueden generar una arritmias cardiaca maligna, podemos citar:
- Insuficiencia cardíaca grave (lea: INSUFICIENCIA CARDÍACA).
- Miocarditis (lea: MIOCARDITE VIRAL).
- Cardiomiopatía hipertrófica.
- Prolapso de la válvula mitral con regurgitación mitral (lea: PROLAPSO DE LA VÁLVULA MITRAL).
- Síndrome del QT largo.
- Síndrome de Brugada.
- Cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho.
Los síntomas de una arritmia maligna suelen ser palpitaciones, dolor en el pecho, taquicardia (corazón muy acelerado) e hipotensión. El paciente puede evolucionar rápidamente hacia la pérdida de la conciencia.
Las arritmias malignas son una forma de muerte súbita que pueden revertirse si se reconocen y se tratan inmediatamente. El tratamiento se realiza con un desfibrilador, que es una máquina que emite descargas eléctricas para abortar una arritmia maligna. Hoy en día, lugares de gran flujo de personas, como aeropuertos y centros comerciales, poseen máquinas de desfibrilación automáticas, capaces de reconocer arritmias y emitir descargas eléctricas siempre que sea necesario.
Los pacientes con alto riesgo de arritmias malignas, principalmente aquellos con insuficiencia cardíaca, pueden recibir un desfibrilador implantable, que es una especie de marcapasos cardíacos capaces de reconocer y liberar descargas eléctricas si el paciente entre en arritmia.
Hablamos más sobre arritmias cardíacas en un texto aparte, que puede ser accedido en este enlace: PALIPCIONES Y ARRITMIAS CARDÍACAS.
3. EMBOLIA PULMONAR
La embolia pulmonar (tromboembolismo pulmonar) es otra causa muy común de muerte súbita. Este cuadro es habitualmente provocado cuando el paciente tiene una trombosis en las piernas y un pedazo de ese trombo se suelta, viajando por la circulación sanguínea hacia los pulmones. Si el émbolo (coágulo que viaja por la circulación sanguínea) es suficientemente grande, puede obstruir la arteria pulmonar, provocando un súbito y extenso infarto en el pulmón.
El principal factor de riesgo para una embolia pulmonar es la presencia de trombosis en las venas profundas de los miembros inferiores, cuyos factores de riesgo son:
- Cirurgías recientes, principalmente de la región pélvica o de las piernas.
- Traumatismos de los miembros inferiores.
- Cáncer.
- Insuficiencia venosa grave de los miembros inferiores.
- Uso de la píldora anticonceptiva.
- El embarazo.
- Enfermedades de la coagulación, llamadas trombofilias.
La embolia pulmonar debe ser pensada en todo paciente supuestamente sano que presenta una muerte súbita días después de una cirugía extensa o un traumatismo.
Tenemos un artículo específico sobre trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Acceda a los siguientes enlaces:
- QUÉ ES TROMBOSE VENOSA PROFUNDA (TVP)
- TROMBOEMBOLISMO PULMONAR.
4. ROTURA DE ANEURISMA
Otro acontecimiento catastrófico que puede llevar a una persona a la muerte en pocos minutos es la rotura de un aneurisma, sea él cerebral o de la arteria aorta.
a. Aneurisma de la aorta
Los aneurismas de la aorta son más comunes en personas mayores, fumadores, hipertensos y con colesterol elevado. El aneurisma de la arteria aorta es un defecto que evoluciona a lo largo de los años, pero su rotura es una emergencia médica que puede llevar al paciente a la muerte en minutos a horas. Los aneurismas mayores de 5, 5 cm son los que presentan un mayor riesgo de rotura.
Los síntomas de la rotura de un aneurisma de la arteria aorta son dolor abdominal o torácico, taquicardia (corazón acelerado), palidez de la piel e hipotensión arterial, que ocurre por la rápida y masiva pérdida de sangre.
La única posibilidad de supervivencia se produce cuando el cuadro es rápidamente reconocido y el paciente puede ser llevado a la cirugía para contener el sangrado.
b. Aneurisma cerebral
El cuadro de rotura de un aneurisma cerebral es aún más dramático que el de un aneurisma aórtico. En este caso, no es la masiva pérdida de sangre la causa de la muerte rápida, sino el aumento de la presión intracraneal y la compresión del cerebro por el sangrado que ocupa espacio dentro del calota craneal.
El cuadro clínico suele iniciarse con un repentino e intenso dolor de cabeza. Es muy común que el paciente diga que este dolor es el más intenso que ha sentido en la vida. En los casos más graves el paciente evoluciona con vómitos, desorientación y pérdida de la conciencia.
Tenemos textos específicos sobre aneurismas, que pueden ser accedidos en estos enlaces:
- ANEURISMA DE LA AEREA ABDOMINAL
- ANEURISMA CEREBRAL
- ANEURISMA | Causas y síntomas
5. AVC - ACCIDENTE VASCULAR CEREBRAL
La mayoría de los casos de AVC no provocan muerte súbita, pero dependiendo de la extensión del infarto cerebral y del área afectada, el paciente puede evolucionar de forma desfavorable muy rápidamente. Las lesiones del tronco cerebral pueden ser dramáticas, pues es esta región que controla funciones vitales, como la respiración, por ejemplo.
El AVC hemorrágico, que provoca hemorragia intracerebral, es otra forma de accidente cerebrovascular que también puede evolucionar con una muerte relativamente rápida. Esta forma de ictus ocurre generalmente en personas mayores y con hipertensión arterial mal controlada.
Para saber más acerca del AVC, lea los siguientes artículos:
- AVC | ACCIDENTE VASCULAR CEREBRAL.
- SÍNTOMAS DEL AVC.
6. EPILEPSIA
Los pacientes con epilepsia presentan un riesgo de muerte súbita ligeramente mayor que la población en general, principalmente los adultos jóvenes. Las causas todavía no están bien aclaradas, y buena parte de los casos ocurre durante el sueño. La muerte súbita e inexplicable de la epilepsia es responsable de cerca de 2 a 18% de las muertes en pacientes epilépticos.
Los pacientes con episodios frecuentes de crisis convulsivas son el grupo con mayor riesgo. Otros factores de riesgo son la mala adherencia al tratamiento antiepiléptico, alcoholismo, episodios de crisis convulsivas nocturnas y edad entre 25 y 40 años.
Para saber más sobre epilepsia, visite: EPILEPSIA | CRISIS CONVULSIVA
Muerte súbita en atletas
La muerte súbita asociada a la actividad física es un acontecimiento raro, pero devastador, pues las víctimas son habitualmente personas jóvenes y aparentemente sanas. La inmensa mayoría de los casos tienen origen cardiaco, provocada por una enfermedad cardiovascular ya existente, pero no diagnosticada hasta el momento del paro cardíaco. La causa de la muerte súbita es normalmente una arritmia cardíaca maligna.
A pesar de la gran repercusión mediática que la muerte súbita de un atleta suele causar, la incidencia de ese evento en los últimos 20 años ha sido rara, ocurriendo en apenas 1 de cada 300.000 atletas.
Las principales alteraciones cardíacas que predisponen atletas a la muerte súbita son:
- Miocardiopatía hipertrófica.
- Anomalías congénitas de la arteria coronaria.
- Cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho.
- Miocarditis.
- Aneurisma de la aorta.
- Prolapso mitral con regurgitación mitral.
Afortunadamente, buena parte de estos cambios pueden ser detectados precozmente a través de exámenes médicos.
Hablaremos específicamente de la muerte súbita en atletas aficionados y profesionales en un artículo que será escrito brevemente.
Síndrome de la muerte en los bebés
El síndrome de muerte súbita infantil (SMSI), también conocido como síndrome de muerte súbita de los lactantes (SMSL), es la principal causa de muerte entre los bebés hasta el primer año de vida.
Conforme sugiere el nombre, el síndrome de la muerte súbita infantil es un cuadro de muerte súbita del bebé en su primer año de vida, que ocurre de forma inexplicable e inesperada en niños aparentemente sanos. La mayoría de los casos están asociados al sueño, por lo que también se conoce como "muerte de la cuna".
La ocurrencia de muerte súbita es rara en el primer mes de vida. El período de mayor riesgo ocurre entre los 2 y los 4 meses. Después del 4º mes, el riesgo comienza a caer drásticamente, de forma que sólo el 5% de los casos ocurren después de los 6 meses de edad.
No sabemos las causas exactas de la muerte súbita en los bebés, pero lo más probable es que hay múltiples factores. Entre los factores de riesgo, algunos se destacan, como madres que fuman, habitaciones con temperatura elevada y bebés que dividen la cama con los padres o un hermano.
Sin embargo, el principal y más famoso factor de riesgo es la posición en la que el bebé duerme. Los niños que duermen boca arriba tienen menos probabilidades de presentar un cuadro de muerte súbita en comparación con los niños que duermen de lado o con vientre hacia abajo. La popularización de este hecho y orientación de los padres por los pediatras ha llevado a una reducción en la incidencia de muerte súbita en bebés en todo el mundo.
Para saber más sobre la muerte súbita en los bebés, lea: CÓMO EVITAR LA MUERTE SÚBITA EN BEBÉS.
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