BURSITE EN EL OMBRO - Causas, Síntomas y Tratamiento
El dolor en el hombro es una situación tan común, que hasta el 70% de las personas tendrán este tipo de dolor al menos una vez a lo largo de sus vidas. Entre las varias causas posibles de dolor en el hombro, la bursitis del hombro, también llamada bursitis subacromial o bursitis subdeltoidea, es una de las más comunes.
Bursitis es el nombre que damos a la inflamación de la bursa, también conocida como bolsa sinovial, que es una pequeña bolsa llena de líquido que actúa como un amortiguador, disminuyendo la fricción entre músculos, tendones y huesos alrededor de las articulaciones.
En este artículo vamos a explicar lo que es la bursitis en el hombro, cuáles son sus causas, síntomas, tratamientos disponibles y formas de prevención.
¿Qué es la bursitis subacromial?
El hombro es una de las articulaciones más complejas de nuestro esqueleto, formado por tres huesos y varios músculos, tendones y ligamentos.
El hombro es una articulación que permite el movimiento del brazo de forma multiaxial, permitiendo una gran amplitud de movimientos.
Para facilitar el deslizamiento, disminuir la fricción y amortiguar el impacto entre las estructuras anatómicas del hombro existe la bursa, que es una pequeña bolsa con líquido lubricante, que en el caso específico del hombro se ubica debajo del acromio (extremo superior del hueso escápula) y del músculo deltoide, por lo que se denomina bursa subacromial subdeltoidea (véase la ilustración siguiente).
La bursitis del hombro, también conocida como bursitis subacromial, es un problema que surge cuando la bursa subacromial subdeltoidea se encuentra inflamada. A menudo, bursitis es parte de un marco llamado síndrome de pinzamiento del hombro, que es una condición de hombro en el que no sólo se inflama la bursa, sino también los músculos que pasan por el espacio subacromial tener signos tendinitis (inflamación de los tendones).
El síndrome del impacto y la bursitis en el hombro pueden ser provocados por diversos factores, incluyendo traumas o movimientos excesivos y repetitivos del hombro, como en el caso de jugadores de voleibol, nadadores, golfistas, tenistas, gimnastas, practicantes de musculación, pintores, jardineros, carpinteros, empleados de la limpieza o cualquier otra actividad profesional que exija movimientos frecuentes y repetitivos del hombro.
La bursitis del hombro también puede originarse en enfermedades inflamatorias sistémicas, tales como la polimialgia reumática, gota, artritis reumatoide, lupus, atritis psoriásica y esclerodermia.
Síntomas de la bursitis en el hombro
El dolor en el hombro y la dificultad para mover el brazo son los síntomas más comunes de la bursitis subacromial y del síndrome del impacto del hombro.
El dolor de la bursitis suele ubicarse en la parte superior del brazo, a lo largo del músculo deltoide, pudiendo irradiarse hasta casi el codo. Este dolor tiende a iniciarse de forma leve, agravándose a lo largo de días o semanas.
El dolor de la bursitis o del síndrome del impacto se agrava con la impulsión del brazo, principalmente cuando intentamos levantarlo por encima de la línea del hombro. Como el tiempo la incomodidad se vuelve presente incluso con el brazo en reposo. Por la noche, el dolor puede entorpecer el sueño, principalmente en los momentos en que el paciente duerme con el cuerpo de lado, sobre el hombro afectado.
Con el agravamiento del dolor, el paciente comienza a limitar sus movimientos con el brazo. Coger la espalda, vestir una chaqueta, cerrar la cremallera de un vestido, cerrar el sujetador o levantar el brazo por encima de la cabeza se convierten en actitudes muy dolorosas.
Como el paciente siente dolor, la tendencia es que progresivamente utilice menos el hombro afectado. Esta restricción de los movimientos del hombro puede llevar al surgimiento de un segundo problema, que es la capsulitis adhesiva, también conocida como hombro congelado. Explicamos la capsulitis adhesiva un artículo aparte: CAPSULITE ADHESIVA - Hombro Congelado.
Si la bursitis en el hombro no se trata en sus fases iniciales, la inflamación tiende a ser crónica y de más difícil resolución. La prolongada inflamación de la bursa puede llevar a la deposición de calcio en la misma, lo que provoca calcificación, rigidez y pérdida de su capacidad de proteger la articulación.
Diagnóstico de la bursitis subacromial
El diagnóstico de la bursitis en el hombro y el síndrome de impacto se realiza habitualmente después de una evaluación conjunta de la historia clínica, el examen físico y los exámenes de imagen.
Durante el examen físico, el ortopedista hará algunas pruebas, moviendo su hombro de diversas maneras para intentar identificar cuáles son los movimientos que causan más dolor. Otra prueba habitualmente utilizada es la inyección de anestésico intraarticular. En el caso de la bursitis o del síndrome del impacto del hombro, la aplicación de anestésicos alivia el dolor y permite que el paciente vuelva a tener la amplitud normal de movimientos. En la capsulitis adhesiva, el alivio del dolor no viene acompañado del retorno de los movimientos.
La radiografía del hombro no hace el diagnóstico de la bursitis, pero ayuda a descartar otras posibles causas de dolor en el hombro, como lesiones en los huesos o osteoartritis.
Si después de la completa evaluación clínica el ortopedista aún tiene dudas del diagnóstico, el mejor examen de imagen para evaluar la bursa y los tendones es la resonancia magnética del hombro.
Tratamiento de la bursitis subacromial
El tratamiento inicial de la bursitis subacromial consiste en reposo, aplicación de hielo local y control del dolor con analgésicos y antiinflamatorios.
Si el tratamiento inicial no presenta resultados satisfactorios dentro de 72 horas, o si el paciente tiene contraindicaciones al uso de antiinflamatorios, el médico puede optar por la aplicación de una inyección intraarticular de corticosteroides. En muchos casos de bursitis del hombro, una simple inyección intraarticular conduce a la cura del cuadro.
Después del control del dolor, la fisioterapia puede ser indicada, para que el paciente restablezca su fuerza muscular y amplitud de los movimientos del hombro.
En los raros casos de bursitis crónica que no responden a ningún tipo de tratamiento, la cirugía para remoción de la bursa puede ser la solución.
Prevención de la bursitis en el hombro
Después del efectivo tratamiento de la bursitis en el hombro, algunas medidas pueden ser implementadas para disminuir el riesgo de recurrencia:
- Actividad física orientada por profesional para el fortalecimiento de la musculatura.
- Estiramientos con orientación profesional.
- Evitar tareas que requieran movimientos repetitivos del hombro durante mucho tiempo.
- Si no es posible evitar tareas que sobrecarguen los hombros, procure al menos hacer algunas pausas durante el día.
- Evitar las actividades que causan dolor en el hombro.
- Utilizar las dos manos para asegurar herramientas u objetos pesados.
- No quedarse con el hombro inmovilizado durante largos períodos de tiempo.
- Buscar mantener una buena postura a lo largo del día, principalmente durante el trabajo.
- Comenzar el reposo y el tratamiento tan pronto como aparezca el dolor en el hombro.
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