VÍDEO: RADIACIÓN DE LOS CIGARRILLOS Y DEL MEDIO AMBIENTE
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Transcripción del vídeo
Hola, usted alguna vez en la vida ya ha leído o oído hablar de que los cigarrillos son radiactivos?
¿Sabía usted que fumar dos paquetes de cigarrillo al día durante un año expone sus pulmones a una cantidad de radiación igual a 5 mil radiografías de tórax?
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A partir del momento en que este cigarrillo se enciende, el proceso de combustión generará cerca de siete mil productos químicos diferentes. De estos 400 son sabiamente tóxicos y 70 pueden provocar cáncer.
Pero como si esto no fuera suficientemente mal, un cigarrillo encendido también es capaz de generar sustancias radiactivas.
Pero antes de hablar específicamente sobre la radioactividad de cigarrillo, vamos a aclarar algunos conceptos sobre los diferentes tipos de radiación.
La mayoría de la gente cuando oye hablar de radiación piensa en materiales radiactivos producidos por centrales nucleares, bombas atómicas o exámenes radiológicos.
Pero lo que mucha gente no sabe es que no existe un solo momento del día en el que usted no esté siendo expuesto a algún tipo de radiación.
La radiación es cualquier propagación de energía de un punto a otro. Por ejemplo: las ondas electromagnéticas de los radios, las emisoras de TV, los teléfonos celulares, los aparatos de microondas y la propia luz son formas de radiación.
El tipo de radiación que estos aparatos utilizan es la llamada radiación no ionizante, que es una forma de radiación de baja energía y que no hace daño a nuestra salud.
La forma de radiación que es peligrosa para los seres vivos es la radiación ionizante, que es un tipo de radiación que tiene suficiente energía para expulsar los electrones de los átomos.
La ionización de los átomos en el cuerpo humano provoca lesiones en las células y en nuestro ADN.
Es interesante notar que la radiación ionizante no tiene origen sólo en materiales radioactivos producidos por el hombre. Hay radiación ionizante de origen natural en todos los lados: en el aire que respiramos, en la comida que comemos, en los árboles, en las paredes de los edificios, en las playas y en el suelo.
También existe la radiación ionizante de origen cósmico, que viene del espacio y alcanza nuestro planeta de forma constante.
Afortunadamente, este tipo de radiación no nos hace daño, porque gran parte de ella es filtrada por nuestra atmósfera y por el campo magnético de la tierra.
La suma de toda esta radiación ionizante a la que estamos expuestos se llama radiación de fondo.
A lo largo de un año, la cantidad de radiación de fondo que una persona suele ser expuesta es de unos 3 milisegundos.
Como usted ya debe haber imaginado, 3 milisieverts es una cantidad de radiación muy pequeña, que no es suficiente para causar daño a nuestra salud.
Para que usted pueda tener una mejor idea de la cantidad de radiación a la que estamos expuestos en el día a día, vamos a hacer algunas comparaciones.
Todos los alimentos emiten radiación, algunos más otros menos. Un plátano, por ejemplo, que es una fruta rica en potasio, emite una radiación de aproximadamente 0, 0001 milisieverts.
Esto significa que para recibir la misma dosis de radiación de una radiografía de tórax necesitaríamos comer 100 plátanos a la vez.
Sabiendo que una radiografía de tórax emite una radiación ionizante de cerca de 0, 01 milisieverts, vea sólo los siguientes ejemplos:
Un trabajador de una central nuclear recibe una dosis anual media de radiación de 0, 18 milisieverts, que es una dosis equivalente a 16 radiografía de tórax.
Como ya se ha dicho, la dosis total de radiación de fondo que recibimos de fuentes naturales y artificiales a lo largo de un año entero es de tres milisieverts. Esta cantidad de radiación equivale a 300 radiografías de tórax.
300 radiografías de tórax pueden incluso parecer una dosis de radiación muy alta, pero es la mitad de la dosis de radiación ionizante que una persona actualmente recibe si se queda sólo una hora cerca de la central nuclear de Chernobyl.
Los seis milisieverts por hora que usted recibía allí equivalen a hacer 600 radiografías de tórax cada hora.
La dosis máxima anual de radiación ionizante permitida por ley para una persona que trabaja con exposición a la radiación es de 20 milisegundos. Esto equivale a 2000 radiografías de tórax por año.
Esta dosis de 20 milisieverts fue elegida como límite de seguridad porque la dosis anual de radiación que está claramente asociada al surgimiento de cánceres es de 100 milisegundos, lo que equivale a hacer 10 mil radiografías de tórax.
Si pusiéramos cada una de esas 10 mil radiografías una encima de la otra formaríamos una pila de la altura del elefante.
Hablando ahora de situaciones más extremas.
La dosis de radiación ionizante recibida de una sola vez que es capaz de provocar síntomas agudos de intoxicación por radioactividad es de 400 milisieverts, o sea, 40 mil radiografías de tórax.
En este caso, nuestra pila de radiografías tendría unos 10 metros de altura y sería más alta que una casa.
Por último, la dosis de radiación ionizante recibida de una sola vez que es fatal es de 4 mil milisieverts, lo que equivale a 400 mil radiografías.
Esto significa que la cantidad de radiografías que usted tendría que hacer para morir de intoxicación aguda por la radiación formaría una pila con altura cercana a un edificio de 30 pisos.
Ahora que ya tiene una idea de lo que es la radiación ionizante y de cuáles son sus peligrosas, podemos hablar específicamente de la radiación producida por el cigarrillo.
Los cigarrillos son radiactivos porque contienen los elementos químicos Polonio-210 y Plomo-210.
El polonio y el plomo son elementos que penetran en los cultivos de tabaco debido al tipo de fertilizante que generalmente se utiliza para su cultivo.
Una vez que la hoja de tabaco absorba los elementos radiactivos ya no hay más que retirarlos.
El gran problema de los cigarrillos es el hecho de que estos elementos radiactivos se acumular en los pulmones.
En los fumadores, el alquitrán presente en el cigarrillo tiende a depositarse en las áreas de bifurcación de los bronquios, absorbiendo consigo cantidades relevantes de polonio y plomo radiactivos.
Esta acumulación de material radiactivo en los bronquios expone el pulmón del fumador a niveles muy elevados de radiación.
Una persona que fuma cerca de dos paquetes de cigarrillos al día llega a recibir a lo largo de un año entero una radiación de 100 y 200 milisieverts en determinados segmentos de su pulmón.
Esta cantidad de radiación equivale a: 5 mil radiografías de tórax, más de 60 veces la dosis de radiación de fondo anual, cinco veces la dosis anual máxima permitida para personas que trabajan con radiación.
Pero si los fumadores acumulan material radiactivo dentro de sus pulmones, ¿serían ellos mismos radiactivos?
Afortunadamente no, la radiación ionizante emitida por el polonio depositado en los pulmones es del tipo Alfa, que es una forma de radiación con baja capacidad de penetrar los tejidos.
Esto significa que a pesar de que esta radiación es extremadamente dañina a los tejidos pulmonares del fumador, se queda básicamente restringida a esa región. Usted puede abrazar a su amigo o amiga fumadora sin preocuparse de estar expuesto a más radiación ionizante de lo habitual.
Si desea saber más sobre la radiación del cigarrillo o sobre los males asociados al tabaquismo, acceda a los enlaces que están disponibles aquí abajo en la descripción del vídeo.
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