QUÉ ES LA SEPSE - Causas, Síntomas y Tratamiento

QUÉ ES LA SEPSE - Causas, Síntomas y Tratamiento

La sepsis, también llamada septicemia o sepsis, es un problema que ocurre en los pacientes con infecciones graves, caracterizada por un intenso estado inflamatorio en todo el organismo.

La sepsis es desencadenada por la invasión del flujo sanguíneo por agentes infecciosos, principalmente bacterias o virus, por lo que es habitualmente llamada por el público laico de infección de la sangre, bacterias en la sangre o infección generalizada.

¿Qué es la sepsis?

De manera simple, la sepsis es la enfermedad que surge cuando los gérmenes, principalmente bacterias, invaden la corriente sanguínea y provocan una intensa respuesta inflamatoria por todo el organismo.

Vamos a elaborar un poco más esta explicación.

Cada vez que nuestro cuerpo es invadido por microorganismos, nuestro sistema inmunológico es activado para que podamos combatir al agente invasor. Una de las formas usadas por nuestras células de defensa para atacar agentes infecciosos es a través de la liberación de mediadores químicos que provocan una respuesta inflamatoria. La inflamación que surge en lugares infectados no es provocada por la bacteria, sino por la respuesta inmunológica del cuerpo. Crear un proceso inflamatorio es una forma de defensa del organismo. El enrojecimiento, el dolor, el calor y el pus característicos de las heridas infectadas son el resultado de la batalla entre el sistema inmunológico y los gérmenes invasores. Para entender mejor el proceso inflamatorio, lea: ¿QUÉ ES INFLAMACIÓN? ¿QUÉ ES UN ABSCESO ?.

Generalmente, las infecciones empiezan en lugares específicos del organismo, como la piel, los pulmones, las vías urinarias, los oídos, etc. Ejemplos de infecciones bacterianas localizadas en un punto específico del cuerpo:

- Neumonía → infección del pulmón (Lea: PNEUMONIA | Síntomas y tratamiento).
- Cistitis → infección de la vejiga (Lea: CISTITE | Síntomas y tratamiento).
- Otitis → infección del oído (Lea: OTITE MEDIA | Dolor de oído).
- Erisipela → infección de la piel (Lea: ERISIPELA | CELULITE | Síntomas y tratamiento).
- Meningitis → infección de las meninges y del sistema nervioso (lea: MENINGITE | Síntomas, transmisión y vacuna).

En un primer momento, las bacterias se alojan en un órgano, como el pulmón, y son combatidas por nuestros mecanismos de defensa. Si la infección no se controla, estas bacterias se multiplican y empiezan a migrar en masa a otros puntos, pudiendo llegar a un vaso y tener pleno acceso a la circulación sanguínea. Pequeñas cantidades de bacterias pueden caer en la sangre en situaciones triviales, como durante el cepillado de los dientes o cuando rallamos la rodilla en el suelo. Pocas bacterias en la sangre son rápidamente inactivadas y controladas por el sistema inmunológico sin que ello provoque ninguna repercusión clínica relevante.

El problema surge cuando grandes cantidades de bacterias llegan en masa al torrente sanguíneo, esparciéndose por el cuerpo. Como las células de defensa necesitan actuar en varios puntos al mismo tiempo para combatir la infección, acaban desencadenando un proceso inflamatorio difuso. Todo el mundo ya ha tenido una inflamación, ya sea en el diente, en la piel o en cualquier otro punto del cuerpo. Imagínese ese proceso ocurriendo internamente y de modo simultáneo en varios vasos sanguíneos y órganos. Es como una guerra siendo trabada dentro de su cuerpo. Esto es la infección generalizada, llamada de sepsis por los médicos.

Existen grados de gravedad de la sepsis. Algunas bacterias son más virulentas que otras, y cada organismo tiene una capacidad mayor o menor de tratar con agentes invasores, provocando más o menos inflamación. Los pacientes sanos con infecciones provocadas por bacterias menos agresivas suelen controlar bien sus infecciones, no evolucionando hacia cuadros de sepsis más severa. Por otro lado, pacientes ancianos, ya previamente enfermos por otras enfermedades, suelen tener dificultades para lidiar con la presencia de bacterias en la sangre.

¿Cuáles son las consecuencias de la sepsis grave?

El proceso inflamatorio difuso de la sepsis grave causa una dilatación de los vasos sanguíneos, provocando una caída de la presión arterial, que en casos graves puede conducir a un estado de shock circulatorio (llamado shock séptico). Los mediadores químicos inflamatorios también provocan un aumento de la permeabilidad de los vasos sanguíneos, facilitando la extravasación de líquidos a órganos como la piel y los pulmones. El paciente séptico puede quedar todo edemaciado (hinchado) y con agua en los pulmones.

Estas alteraciones de la permeabilidad de los vasos sanguíneos y de la presión arterial provocan una reducción del aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos, llevando a la hipoxia (falta de oxígeno) y quiebra de los mismos. El sistema de coagulación también puede verse afectado. Uno de los eventos más dramáticos de la sepsis es la coagulación intravascular diseminada (CIVD), un proceso en el cual el sistema de coagulación se descontrola, ocurriendo simultáneamente trombosis y hemorragias.

Cuando la sepsis es grave, los riñones y el hígado dejan de funcionar, el corazón se vuelve más débil, el cerebro funciona mal y los pulmones se llenan de agua. El paciente puede entonces presentar la temida quiebra de múltiples órganos.

Cuanto más grave es la sepsis, mayor es el riesgo de muerte. La sepsis severa llega a tener una mortalidad mayor que 50%, incluso con adecuado tratamiento médico.

Síntomas de la sepsis

Cualquier infección puede llevar a la sepsis. Muchos de ustedes probablemente ya tuvieron una sepsis en etapa inicial. Para caracterizar una sepsis basta con presentar una infección y 2 de los 4 signos y síntomas descritos a continuación:

- Temperatura corporal mayor a 38ºC o inferior a 35ºC.
- Frecuencia cardíaca mayor que 90 latidos por minuto.
- Frecuencia respiratoria mayor que 20 incursiones por minutos.
- En el hemograma: leucocitos por encima de 12, 000 o por debajo de 4000 cel / mm3 (lea: HEMOGRAMA | Entender sus resultados).

En realidad, hasta una gripe más fuerte puede hacer que el paciente presente criterios para la sepsis. Tener criterios para la sepsis no significa que el paciente esté muy grave o que vaya a morir. Estos criterios son señales de alerta para los médicos, indicando que el paciente debe ser bien tratado para que el cuadro no evolucione de forma desfavorable. Usted puede tener una amigdalitis y tener criterios para la sepsis, pero basta con tratar la infección adecuadamente que la mayoría de la gente se recuperará. Por otro lado, si el paciente es negligente y no busca atención médica, la infección, que inicialmente estaba restringida a la garganta, puede extenderse por la sangre y ser mucho más difícil de controlar. Una sepsis suave puede convertirse en una sepsis grave.

Un paciente con un cuadro de infección con fiebre alta y escalofríos, que comienza a volverse más cansado, más postrado, pierde el apetito y no puede salir de la cama, presenta signos de una sepsis que se está agravando. Los ancianos con bacterias en la sangre pueden no tener fiebre, pero suelen presentar gran postración, desorientación y confusión mental. La evaluación médica y el tratamiento con antibiótico son importantes para evitar que el cuadro evolucione de forma catastrófica.

Se considera sepse grave aquellas que presentan:

- Hipotensión o shock circulatorio.
- Peor de la función de los riñones.
- Caída del número de plaquetas.
- Alteración del estado de conciencia.
- Dificultad respiratoria.
- Alteraciones de la coagulación.
- Disminución de la función del corazón.

¿La sepsis es contagiosa?

No. La sepsis en sí no es algo que pueda ser transmitido de una persona a otra. La sepsis es el agravamiento de una infección previamente establecida. Es, por ejemplo, una infección urinaria o una neumonía que está evolucionando de forma peligrosa y extendiéndose por el cuerpo.

Lógicamente, si la causa de la sepsis es una enfermedad contagiosa, como una meningitis bacteriana, por ejemplo, tener contacto con este paciente séptico puede ser peligroso, ya que existe riesgo de transmisión de la meningitis.

Por lo tanto, lo que es contagioso no la sepsis en sí, sino la infección bacteriana que la está provocando. Si la bacteria que provoca la sepsis no es contagiosa, no hay ningún problema en tener contacto con el paciente séptico.

Tratamiento de la sepsis y del shock séptico

El tratamiento de la sepsis debe iniciarse lo antes posible. Cuanto mayor y más difusa es la inflamación sistémica, menor es la respuesta al tratamiento y mayor es la mortalidad. Además de la gravedad de la infección generalizada, otro factor importante en el pronóstico es la capacidad del paciente de luchar contra la infección.

Son factores de peor pronóstico en la sepsis y en el shock séptico:

  • Extremos de edad (recién nacidos o ancianos tienen menos resistencia contra las infecciones).
  • Diabetes Mellitus (lea: SÍNTOMAS DEL DIABETES).
  • Cirrosis (lea: CIRROSIS HEPÁTICA Síntomas y causas).
  • Insuficiencia renal crónica (lea: INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA Síntomas y tratamiento).
  • Insuficiencia cardiaca (lea: INSUFICIENCIA CARDÍACA | Causas y síntomas).
  • Inmunosupresión (como portadores del VIH, trasplantados o pacientes con cáncer).

El tratamiento inicial de la sepsis es con antibióticos para eliminar las bacterias en la sangre e interrumpir el factor de estímulo al proceso inflamatorio. Si hay signos de caída de la presión arterial, es esencial la inmediata reposición de líquidos por vía intravenosa para revertir la hipotensión. Cuanto más rápido se inicia el tratamiento contra la sepsis, mayor es la probabilidad de éxito.

En los casos de shock séptico puede ser necesario el uso de medicamentos para estabilizar la presión arterial. Muchos pacientes evolucionan con insuficiencia respiratoria y / o renal, necesitando ventilación mecánica y / o hemodiálisis (lea: HEMODIÁLISIS | Cómo funciona, catéter y fístulas). Cuanto más órganos dejan de funcionar, mayor es el riesgo de evolución para el óbito. Por lo tanto, los pacientes que necesitan aparatos para respirar, hemodiálisis, drogas para controlar la presión arterial, etc., presentan un alto riesgo de muerte.

Los pacientes con sepsis grave o shock séptico deben ser tratados preferentemente en una unidad de tratamiento intensivo (UTI) (lea: ENTENDA LO QUE ACONTECE CON LOS PACIENTES EN LA UTI).


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