HELINA INGUINAL - Causas, Síntomas y Tratamiento

HELINA INGUINAL - Causas, Síntomas y Tratamiento

La hernia inguinal surge cuando una porción del intestino encuentra una región de debilidad en la pared abdominal y consigue empujarlo, creando una protuberancia en la región inguinal (región de la ingle), que puede ser vista bajo la piel.

Hay otros tipos de hernias de la pared abdominal provocadas por la herniación de parte del intestino, incluyendo la hernia umbilical, epigástrica y femoral. De entre todas estas, la hernia inguinal es la más común, respondiendo por hasta el 70% de los casos.

En este artículo vamos a explicar lo que es la hernia inguinal, cuáles son sus causas, sus síntomas, las opciones de tratamiento y las indicaciones quirúrgicas.

¿Qué es una hernia inguinal?

La herencia es un proceso en el cual una parte de algún órgano se desplaza de su posición habitual a través de un orificio, generalmente debido a una debilidad en el músculo o en el tejido circundante. La hernia, por lo tanto, es una protusión de parte de un órgano a través de una abertura anormal en la pared que habitualmente lo contiene.

Hay varios tipos de hernias, como la hernia de hiato, que es la herniación de parte del estómago hacia el tórax, o la hernia de disco, que es la herniación de uno o más discos cartilaginosos que se localizan entre dos vértebras de la columna. Hablamos específicamente sobre estos tipos de hernias en los siguientes artículos:

  • HELINA DE HIATO - Reflujo Gastroesofágico.
  • HELINA DE DISCO - Síntomas, Causas y Tratamiento.

La hernia inguinal es una protusión de parte del intestino a través de la pared abdominal en la región inguinal, que es conocida popularmente como región de la ingle. En la hernia inguinal, la porción herniada del intestino se dirige hacia la piel, lo que puede ser notado como un saliente en la región de la ingle o en el saco escrotal.

Como surge la hernia inguinal

La hernia inguinal puede ser congénita, es decir, tiene origen de nacimiento debido a una mala formación, o puede ser adquirida durante la vida, generalmente por una debilidad en la musculatura del abdomen.

En los hombres, los testículos se forman en el interior del abdomen y sólo después se trasladan a la bolsa escrotal. En los fetos, existe un camino llamado canal inguinal, que es una conexión entre el abdomen y la bolsa escrotal por donde los testículos se deslizan después de estar desarrollados. Después del nacimiento, el canal inguinal se cierra, dejando sólo un pequeño orificio, llamado anillo inguinal, por donde el cordón espermático pasa. El cierre del canal inguinal impide que los testículos puedan regresar a la zona abdominal. En las mujeres, la estructura que pasa por el canal inguinal es el ligamento redondo, que es una fibra muscular que se une al útero.

En algunas personas, principalmente en el sexo masculino, el canal inguinal no se cierra adecuadamente, dejando un área vulnerable alrededor del anillo, por donde parte del intestino puede herniar. Este tipo de hernia inguinal causada por un defecto en el canal inguinal se denomina hernia indirecta. El lado derecho es el más afectado, posiblemente porque el testículo derecho suele ser el que desciende más tarde.

La hernia indirecta es la forma más común de hernia inguinal y, a pesar de ser un defecto congénito, a menudo no se reconoce hasta la edad adulta. La hernia inguinal se encuentra presente en el 5% de los recién nacidos en general, en alrededor del 10% de los bebés prematuros que nacen con más de 1 kg y en un 40% de los bebés prematuros que nacen con menos de 1 kg. Los niños son hasta 4 veces más acometidos que las niñas.

Ya llamada hernia directa es aquella que se desarrolla durante toda la vida, debido a la aparición de una debilidad en los músculos de la pared abdominal. La hernia derecha representa alrededor de 30 a 40% de las hernias inguinales en los hombres y apenas 10 a 20% en las mujeres.

Factores de riesgo para la hernia inguinal

El defecto en el canal inguinal es el principal factor de riesgo, pero no es el único. Las situaciones que conducen al debilitamiento de la musculatura de la pared abdominal ya un aumento de presión dentro del abdomen también aumentan el riesgo del desarrollo de la hernia inguinal, ya sea directa o indirecta. Los más comunes son:

  • Edad superior a 50 años.
  • Ser del sexo masculino.
  • Ser de raza blanca.
  • Historia familiar de hernia inguinal.
  • Parto prematuro o bajo peso al nacer.
  • Tos crónico (lea: TOSSE - Causas, Tipos y Tratamiento).
  • Constipación intestinal (lea: PRISIÓN DE VENTRE - CONSTITUCIÓN INTESTINAL).
  • Historia de la cirugía en la pared abdominal.
  • Historia de trauma abdominal.
  • Esfuerzo físico con exceso de presión intraabdominal.
  • Obesidad (lea: CALCULE SU PESO IDEAL e IMC).
  • Tabaquismo (lea: ENFERMEDADES DEL CIGARRO - Cómo dejar de fumar).
  • El embarazo.

Síntomas de la hernia inguinal

La hernia inguinal se presenta habitualmente como un saliente o protuberancia de consistencia blanda en la región de la ingle o en la región escrotal. Más de 2/3 de las hernias inguinales surgen del lado derecho.

La hernia puede ser visible todo el tiempo o sólo cuando el paciente hace algún esfuerzo que aumente la presión intraabdominal, como toser, llorar, hacer fuerza para evacuar o tomar algún peso. En la mayoría de los casos, la hernia es más fácilmente visualizada cuando el paciente se encuentra de pie. El dolor local o la sensación de incomodidad son comunes, sobre todo después de algún esfuerzo.

Cuando el paciente se acuesta, algunas hernias retornan espontáneamente a la región abdominal, haciendo que la protuberancia desaparezca. En otros casos, la hernia necesita ser empujada con el dedo de vuelta hacia adentro, una maniobra que damos el nombre de reducción de la hernia. Por último, hay los casos en que la hernia no es reductible, es decir, incluso cuando intentamos empujarla hacia dentro del abdomen, no se mueve.

Las hernias no reducibles se llaman hernias encarceladas. Las hernias encarceladas son aquellas que tienen el mayor riesgo de sufrir estrangulamiento, que es una complicación que ocurre cuando los tejidos alrededor causan una compresión de la base de la porción herniada del intestino, provocando reducción del aporte de sangre hacia esta región, lo que puede llevar a la necrosis del tejido.

Los signos y síntomas de una hernia estrangulada son:

  • Náuseas y / o vómitos.
  • Fiebre.
  • Dolor súbito que se intensifica de forma rápida.
  • Una hernia que se vuelve roja, morada o oscurecida.
  • Interrupción de las evacuaciones y de la eliminación de gases intestinales.
  • Irritación y llanto persistente en los bebés.

Tratamiento de la hernia inguinal

El único tratamiento definitivo para la hernia inguinal es la corrección quirúrgica, llamada de herniorrafia o hernioplastia. La corrección quirúrgica de la hernia inguinal es una de las operaciones más comunes, responsable de más de 20 millones de procedimientos al año en todo el mundo.

Ya hubo un tiempo en que la simple existencia de una hernia inguinal era suficiente para que el médico indique la reparación quirúrgica de la misma, para impedir que ella pudiera quedar encarcelada o estrangulada en el futuro. Actualmente, sin embargo, no todos los tipos de hernia inguinal son llevados a la cirugía a corto plazo. Los factores como los síntomas, la edad del paciente y la posibilidad de reducción manual se deben tener en cuenta antes de indicar la herniorrafia.

Una hernia encarcelada que puede reducirse manualmente puede observarse durante 24 a 48 horas. Si en este intervalo no hay recidiva del encarcelamiento, la cirugía de corrección puede ser programada de forma electiva, conforme sea más conveniente para el paciente y para el equipo quirúrgico. En los niños, las hernias encarceladas que son reductibles suelen ser operadas dentro de 2 a 5 días después de la reducción manual, para evitar un nuevo episodio de encarcelamiento.

Por otro lado, pacientes que presentan hernia encarcelada, no reducible con maniobras manuales, deben ser operados de forma urgente. En los casos de estrangulamiento, la cirugía se realiza de forma urgente, preferiblemente dentro de las primeras 4 horas después del inicio de los síntomas, para evitar la muerte del tejido intestinal y sus consecuentes complicaciones.

Las heridas inguinales no encarceladas, pero que provocan síntomas, como dolor o incomodidad, suelen ser operadas, pero no hay urgencia. La cirugía puede ser marcada de forma electiva, según sea más conveniente.

En los casos de hernias asintomáticas de los adultos, que surgen sólo cuando el paciente hace algún esfuerzo, el paciente puede optar por la corrección quirúrgica o por un simple acompañamiento médico, siendo debidamente orientado para saber reconocer los síntomas del encarcelamiento. En general, 1/3 de los pacientes en conducta conservadora acaba necesitando operar dentro de 4 años.

En los niños, las hernias asintomáticas suelen ser corregidas quirúrgicamente, pues el riesgo de futuro encarcelamiento es más alto que en los adultos. La conducta más indicada en estos casos es marcar la cirugía de corrección dentro de los primeros 14 días después del diagnóstico de la hernia inguinal haber sido hecho.

Tipos de cirugía para hernia inguinal

Hay dos formas de corregir quirúrgicamente una hernia inguinal: cirugía abierta o laparoscopia.

1- Cirugía abierta para la corrección de la hernia inguinal

La cirugía abierta, que suele ser llamada hernioplastia por la técnica de Lichtenstein, es la forma de corrección quirúrgica más tradicional de la hernia inguinal, siendo la más indicada para las situaciones urgentes. La cirugía abierta puede hacerse bajo anestesia local o general, dependiendo de las circunstancias (lea: TIPOS DE ANESTESIA - General, Local y Raquidiana y Peridural).

En la cirugía abierta, el cirujano hace una incisión con aproximadamente 6 cm de longitud en la ingle. La parte del intestino herniado se identifica y se reduce de nuevo al abdomen. La pared abdominal es cerrada y para reforzarla, evitando una futura recidiva, una tela artificial de polipropileno suele ser suturada de forma que permita el paso flojo, pero justo, del cordón espermático o del ligamento redondo.

La cirugía abierta es un procedimiento relativamente simple, muy seguro y con resultados duraderos. En general, es el método quirúrgico más utilizado para todos los casos.

2- Reparación laparoscópica de la hernia inguinal

La cirugía laparoscópica es un método alternativo de reparación de la hernia inguinal.

En esta cirugía, un fino tubo que contiene una cámara (laparoscopio) se inserta a través de una pequeña incisión en el abdomen. Guiado por esta cámara, el cirujano inserta los instrumentos quirúrgicos a través de otras dos pequeñas incisiones, para reparar la hernia e implantar una pantalla sintética. El gas se utiliza para inflar el abdomen para que los órganos internos más fáciles de ver. Este tipo de cirugía se realiza obligatoriamente bajo anestesia general.

La cirugía laparoscópica provoca menos incomodidad en el postoperatorio, deja cicatrices menores y posibilita un retorno más rápido a las actividades normales. Sin embargo, esta forma de cirugía es más difícil, requiere más entrenamiento, no suele ser la mejor opción en las hernias complicadas y algunos estudios sugieren que la recurrencia es más probable que con cirugía abierta.


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