GOTA - Causas, Síntomas y Tratamiento

GOTA - Causas, Síntomas y Tratamiento

La gota es una enfermedad caracterizada por ataques episódicos de artritis (inflamación de las articulaciones) en pacientes que presentan niveles sanguíneos elevados de ácido úrico. La gota es una condición extremadamente dolorosa que, si no se trata adecuadamente, puede a largo plazo llevar a deformidades articulares y enfermedad de los riñones.

En este artículo, además de abordar las causas, los síntomas y los tratamientos de la gota, también vamos a dar consejos sobre la dieta y cómo evitar los alimentos ricos en ácido úrico.

¿Por qué el ácido úrico causa la gota de la gota?

El ácido úrico es una sustancia producida en el hígado, derivada del metabolismo de la purina, un compuesto orgánico presente en varios tipos de alimentos. Cuanto más purina ingerimos, más ácido úrico es producido por nuestro organismo.

Durante la evolución de las especies, el ser humano perdió la capacidad de producir una enzima llamada uricasa, que transforma el ácido úrico en alantoína, una sustancia mucho más soluble en la sangre. Como resultado, los humanos presentan niveles de ácido úrico mucho más altos que la mayoría de los otros mamíferos. Nuestros niveles de ácido úrico sanguíneo sólo no alcanzan niveles tóxicos porque la mayoría de nosotros puede eliminar el exceso a través de los riñones.

En las mujeres en edad reproductiva, los niveles suelen ser un poco más bajos debido a la influencia del estrógeno, que potencia la eliminación del ácido úrico por los riñones.

A pesar del buen trabajo de los riñones, aún así, nuestros niveles sanguíneos habituales de ácido úrico están muy próximos al límite de solubilidad, haciendo que pequeños aumentos en su concentración causen precipitación (cristalización) de éste en los tejidos.

El ácido úrico es más soluble en temperaturas por encima de 37ºC, que es la temperatura de la sangre. Sin embargo, en nuestras articulaciones la temperatura es más baja, llegando a 32ºC en algunas de ellas, lo que favorece la deposición de cristales en estos locales (toque su rodilla y compare la temperatura de éste con las de los muslos o piernas). El ácido úrico se deposita en los tejidos en forma de urato de sodio.

Cuando se produce deposición de cristales de ácido úrico (urato de sodio) en las articulaciones, estos provocan una intensa reacción inflamatoria llevando a una artritis (inflamación de las articulaciones) muy dolorosa que recibe el nombre de gota.

Resumiendo: El ácido úrico se mantiene disuelto en la sangre hasta niveles cercanos a 7, 0 mg / dl. A partir de este valor, cuanto más elevada es su concentración, mayor es la posibilidad de cristalización y deposición en los tejidos, principalmente en las articulaciones, que son las regiones de menor temperatura del cuerpo.

Si la concentración sanguínea de ácido úrico sigue elevándose, la cristalización puede ocurrir incluso en tejidos más calientes, como la piel. Es importante destacar, sin embargo, que son necesarios algunos años de ácido úrico elevado para desarrollar la enfermedad gota.

¿Hablamos más sobre la hiperuricemia en el artículo: tener ÁCIDO ÚRICO ELEVADO ES PELIGROSO?

Síntomas del ácido úrico alto

La elevación del ácido úrico sanguíneo, llamada hiperuricemia, no causa síntomas. En realidad, más de 2/3 de las personas con ácido úrico elevado ni siquiera desconfían del hecho. El hecho de causar síntomas no significa, sin embargo, que niveles elevados de ácido úrico no puedan llevar a complicaciones. Las dos más comunes son las crisis gota y las piedras de ácido úrico en los riñones.

Algunas personas con historial de gota refieren descamación de las manos y los pies cuando los niveles de ácido úrico están elevados. En realidad, no existe ninguna comprobación de tal relación. La descamación de las manos y los pies es generalmente causada por la sequedad de la piel y no por el ácido úrico elevado.

Síntomas de la gota

La manifestación clínica de la gota es la artritis, es decir, inflamación de una articulación, caracterizada por dolor, enrojecimiento, hinchazón y calor local.

La gota es típicamente una monoartritis, es decir, una artritis que alcanza sólo una articulación en cada crisis. Las articulaciones más acometidas son las de los pies, principalmente el primer dedo del pie (dedo del pie) y rodillas.

La artritis de la gota es tan dolorosa, que algunas personas no consiguen ni cubrir los pies, pues sólo el contacto de la manta con el área inflamada ya causa un fortísimo dolor. Pueden haber escalofríos y fiebre, simulando un cuadro infeccioso.

El ataque de gota dura unos días y luego desaparece espontáneamente. El intervalo entre la primera y la segunda crisis puede durar hasta dos años. Si no se trata, las crisis de gota empiezan a ser más frecuentes e intensas, pudiendo acometer más de una articulación a la vez.

A lo largo de los años, la gota no tratada lleva a la formación de tofos en las articulaciones, causados ​​por deposición crónica de cristales de urato. Los tofos pueden ser únicos o múltiples, llevando a deformidades, como en las fotos al lado y al inicio del artículo. Esta fase se llama gota thophaceous gota.

El exceso de ácido úrico también puede conducir a la formación de cálculos renales de ácido úrico. También existe el riesgo de deposición de urato y formación de tofos en los riñones, causando insuficiencia renal crónica.

Como ya se ha explicado, la gota es causada por prolongados niveles elevados de ácido úrico sanguíneo. Sin embargo, no todo el mundo que tiene ácido úrico alto, desarrolla gota. Algunas personas se mantienen años con niveles de ácido úrico mayores que 7 mg / dl y nunca presentan artritis gotosa o enfermedad renal. El porqué de esto, nadie sabe.

La gota es mucho más común en hombres y ocurre entre 35 y 45 años. En las mujeres suele ocurrir sólo después de la menopausia.

El diagnóstico de la gota se realiza cuando hay un cuadro clínico típico asociado a niveles elevados de ácido úrico. Cuando hay duda sobre la causa de la artritis, el médico generalmente punciona el líquido de la articulación inflamada, buscando los depósitos de cristales de urato.

Para ver imágenes de la artritis gotosa y de la gota tofácea, accede al siguiente enlace: IMÁGENES DE LA ENFERMEDAD GOTA.

Factores de riesgo para la gota

  • La obesidad.
  • Hipertensión.
  • Trauma en las articulaciones.
  • Largos períodos de ayuno.
  • Consumo de alcohol.
  • Gran ingesta de alimentos ricos en purina.
  • Uso de medicamentos que aumentan el ácido úrico, como los diuréticos.

Dieta para controlar el ácido úrico

Los pacientes con gota o con altos niveles de ácido úrico deben tener una dieta especial, evitando alimentos ricos en purinas.

Los alimentos ricos en purina (ácido úrico) son:

  • Carnes: bacon, cerdo, ternera, cabrito, oveja, niños (hígado, corazón, riñón, lengua).
  • Peces y mariscos: salmón, sardina, trucha, bacalao, huevas de pescado, caviar, marisco, ostra, camarón.
  • Aves: pavo y ganso.
  • Bebidas alcohólicas.

Los alimentos con cantidades moderadas de purinas (ácido úrico):

  • Carnes: vaca, ternera y conejo.
  • Aves: pollo y pato.
  • Frutos del mar: langosta y cangrejo.
  • Leguminosas: frijoles, garbanzos, guisantes, lentejas, espárragos, setas, coliflor, espinaca.

Alimentos con contenido de purinas baja o no (ácido úrico):

  • La leche, el té, el café, el chocolate, el queso amarillo magro, el huevo cocido, los cereales como pan, fideos, patatas, arroz blanco, maíz, mandioca, sagu, vegetales (col, repollo, lechuga, acelga y berro), frutos secos, dulces y frutas (incluso las ácidas)

Tratamiento y prevención de la gota

El tratamiento de la gota se divide en dos fases: tratamiento de las crisis y la profilaxis de las crisis. La gota no tiene cura, pero puede ser muy bien controlada.

a. Tratamiento de la crisis de gota

Durante la crisis de gota el tratamiento se realiza con anti-inflamatorios comunes (AINE) y / o colchicina.

La colchicina es menos tóxica que los antiinflamatorios (especialmente para los riñones y el estómago) y controla la gota con eficacia, pero puede causar efectos secundarios desagradables, como náuseas, vómitos y diarrea. Este efecto adverso generalmente se relaciona con la dosis utilizada, siendo menos frecuente en dosis bajas.

En los pacientes que no toleran AINE o colchicina, una opción es el uso de corticoides, potentes anti-inflamatorios de origen esteroidal.

La aspirina (ácido acetilsalicílico) debe evitarse siempre que sea posible, ya que la misma, a pesar de tener efecto anti-inflamatorio, reduce la excreción de ácido úrico por los riñones.

b. Prevención de la crisis de gota

Una vez cesada la crisis de gota, el tratamiento se vuelve a la disminución de los niveles de ácido úrico. La droga más usada para esta meta es el alopurinol. Es importante resaltar que no se debe comenzar el alopurinol durante las crisis, pues hay riesgo de empeoramiento del cuadro. El alopurinol durante los ataques de artritis sólo es aceptable si el paciente ya hacía uso crónico de él antes del inicio de la crisis (lea: ALOPURINOL - para qué sirve, dosis y efectos colaterales).

Se sugiere mantener la colchicina para evitar nuevas crisis mientras que los niveles de ácido úrico aún no han sido reducidos por el alopurinol. Pueden ser necesarios algunos meses de tratamiento hasta alcanzar valores deseables.

Otra opción para bajar los niveles de ácido úrico es la probenecida, un medicamento que aumenta su eliminación por los riñones. La probenecida no debe usarse en pacientes con historial de cálculo renal por ácido úrico.

Desde 2008 existe una nueva medición llamada Febuxostat, que sirve de alternativa para los pacientes que no pueden tomar ni alopurinol ni probenecida. El Febuxostat aún no está disponible en Brasil.

Ácido úrico elevado sin síntomas - hiperuricemia asintomática

Como la mayoría de los pacientes con ácido úrico elevado no desarrolla crisis de gota o cálculo renal, el consenso actual indica no usar alopurinol en estos casos. Sólo se inicia tratamiento con medicamentos si hay un primer episodio de crisis de gota, cálculo renal, o si los niveles de ácido úrico están por encima de 13 mg / dl en el hombre y 10 mg / dl en la mujer.

En los pacientes con hiperuricemia asintomática se indica sólo una alteración de la dieta, con el fin de evitar alimentos ricos en purinas.


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