CORTICOIDE - Tipos, Para que Sirve y Efectos Colaterales

CORTICOIDE - Tipos, Para que Sirve y Efectos Colaterales

Los glucocorticoides, también llamados corticoides o corticosteroides, son drogas poderosas, derivadas de la hormona cortisol, producida por la glándula suprarrenal. Los corticoides se utilizan a menudo como parte del tratamiento de enfermedades de origen inflamatorio, alérgico, inmunológico e incluso contra algunos tipos de cáncer.

A pesar de ser un medicamento muy eficaz contra varias enfermedades graves, los corticoides presentan un gran defecto: un perfil muy extenso de efectos colaterales, algunos de ellos graves, otros esteticamente indeseables. Cuando se usan de forma prolongada, los corticoides llevan a la ganancia de peso, pueden causar estrías, provocar acné, debilitar los huesos, etc.

En este artículo vamos a tratar las indicaciones y los efectos colaterales de los corticoides, con especial énfasis en la prednisona y la prednisolona, ​​las drogas más usadas de la clase.

Si usted busca un bula simplificado de la prednisona, accede al siguiente artículo: PREDNISONA - Para Que Sirve, Dosis y Cuidados

¿Qué es un glucocorticoide?

Los glucocorticoides son hormonas esteroides, no anabolizantes y no sexuales, producidas por la corteza de la glándula suprarrenal. La hormona producida naturalmente por nuestro organismo es el cortisol. Los niveles normales de cortisol son esenciales para nuestra salud porque esta hormona tiene acción en el metabolismo de la glucosa, en las funciones metabólicas del organismo, en la cicatrización, en el sistema inmune, en la función cardíaca, en el control del crecimiento y en muchas otras acciones básicas de nuestro organismo cuerpo.

El cortisol es una hormona de estrés. Él recibe ese nombre, pues su producción se eleva cada vez que nuestro organismo se encuentra bajo estrés físico, como en los casos de traumatismos, infecciones o cirugías. El cortisol aumenta la disponibilidad de glucosa y energía, eleva la presión arterial, aumenta el tono cardíaco y prepara al organismo para sufrir y combatir insultos.

Tipos de corticoides

Los glucocorticoides utilizados en la práctica médica son versiones sintéticas, producidas de laboratorio, de la hormona natural cortisol. Existen varias formulaciones sintéticas de corticoides, las más usadas son la prednisona, prednisolona, ​​hidrocortisona, dexametasona, metilprednisolona y beclometasona (vía inhalatoria).

Todo corticoide sintético es más potente que el cortisol natural, excepto por la hidrocortisona, que presenta una potencia similar.

Potencia de cada tipo de corticoide en relación al cortisol:

  • Hidrocortisona → potencia similar al cortisol.
  • Deflazacorte → 3 veces más potente que el cortisol.
  • Prednisolona → 4-5 veces más potente que el cortisol.
  • Prednisona → 4-5 veces más potente que el cortisol.
  • Triancinolona → 5 veces más potente que el cortisol.
  • Metilprednisolona → 5-7.5 veces más potente que el cortisol.
  • Betametasona → 25-30 veces más potente que el cortisol.
  • Dexametasona → 25-30 veces más potente que el cortisol.
  • Beclometasona (inhalación) → 8 pufs 4 veces al día equivale a 14 mg de prednisona oral diaria.

60 mg de prednisona presentan el mismo efecto de 2 mg de dexametasona o 300 mg del cortisol natural. Debido a esta potencia mayor de los corticoides sintéticos, conseguimos administrar en los pacientes dosis muy por encima de los niveles fisiológicos del cortisol, lo que es esencial para el tratamiento de algunas enfermedades.

Enfermedades que pueden ser tratadas con corticoides

La prednisona y los corticoides en general son drogas que logran modular procesos inflamatorios e inmunológicos de nuestro organismo, haciéndose extremadamente útiles en una infinidad de enfermedades. Cualquier enfermedad de origen alérgica, inflamatoria o autoinmune puede ser tratada con alguno de estos corticoides (lea también: ¿QUÉ ES UNA ENFERMEDAD AUTOIMUNE?).

Sólo para tener una idea de la importancia de los corticoides en la práctica médica, podemos citar como indicación para su administración las siguientes enfermedades:

  • El asma.
  • Esclerosis múltiple.
  • EPOC.
  • Alergias, principalmente anafilaxias.
  • Hepatitis autoinmune.
  • Herpes Zoster.
  • Lupus.
  • Artritis reumatoide.
  • Leucemia.
  • Linfoma.
  • Púrpura trombocitopénica idiopática (PTI).
  • Mieloma múltiple.
  • Edema cerebral.
  • Parálisis facial de Bell.
  • Soltar.
  • Sarcoidosis.
  • Rinitis alérgica.
  • Vitiligo.
  • Psoriasis.
  • Granulomatosis de Wegener.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal.
  • Miastenia Gravis.
  • Vasculitis.
  • Enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal).
  • Glomerulonefritis.
  • Enfermedades de piel de origen inflamatorio o autoinmune.
  • Síndrome de Sjögren.
  • Trasplante de órganos.
  • Urticaria.

Las dosis diarias equivalentes a 5-10 mg de prednisona se llaman dosis fisiológicas por ser compatibles con la producción diaria natural de cortisol. En estas dosis, los corticoides sintéticos sólo tienen efecto antiinflamatorio.

En situaciones normales, la secreción de cortisol por la suprarrenal presenta un ciclo circadiano, o sea, sufre alteraciones de acuerdo con el período del día. Durante las primeras horas de la mañana, su secreción es muy elevada, reduciéndose al máximo alrededor de las 23 horas. Por eso, optamos por administrar los corticoides durante la parte de la mañana para intentar simular la secreción fisiológica que el organismo está habituado, disminuyendo así la incidencia de efectos colaterales.

Conforme la dosis va siendo elevada, la prednisona, o cualquier otro glucocorticoide, comienza a presentar efectos inmunosupresores, lo que justifica su uso en las enfermedades autoinmunes y en el trasplante de órganos.

En las enfermedades autoinmunes y glomerulonefritis podemos usar hasta 80 mg de prednisona al día. En casos graves, lanzamos un procedimiento llamado pulsoterapia, que consiste en la administración venosa de hasta 1000 mg de metilprednisolona por 3 días seguidos. Esta pulsación puede usarse en vasculitis severa, en casos de rechazo de órganos trasplantados y en el tratamiento de enfermedades autoinmunes graves y descompensadas, como ocurre en algunos casos de Lupus, por ejemplo.

Los corticoides se pueden administrar por varias vías. Por ejemplo, los corticoides sistémicos son aquellos tomados por vía oral o vía intravenosa. En el asma es muy común la administración del corticoide inhalado. En la rinitis y sinusitis la vía preferencial es la intranasal. En las enfermedades de la piel, el corticoide es tópico, es decir, en cremas o pomadas. Puede haber corticoides en colirios y en soluciones para administración en los oídos. En las artritas, la vía puede ser intra-articular (infiltración).

Absorción de los corticoides

La inmensa mayoría de los efectos colaterales ocurre en los pacientes que hacen uso prolongado y con dosis elevadas de corticoides por vía oral o intravenosa. Esto no significa, sin embargo, que las otras formas de administración de corticoides estén exentas de efectos adversos.

Los corticoides por vía inhalatoria, muy usados ​​en el tratamiento del asma, pueden tener una importante absorción sistémica, aunque ésta es mucho menor que la que ocurre con corticoides administrados por vía oral. La fluticasona por vía inhalatoria, por ejemplo, reconocida inhibe la producción de cortisol por la suprarrenal y puede causar efectos colaterales sistémicos, cuando se utiliza después de varios meses, principalmente en niños. Otras formas de corticoides inhalados parecen tener una absorción sistémica menor.

Las inyecciones de dexametasona intra-articulares pueden causar síndrome Cushing (explico lo que es esta alteración más adelante).

Incluso los corticoides en pomada o crema pueden ser absorbidos por el organismo de forma suficiente para provocar efectos colaterales, si su uso es por tiempo prolongado. La absorción del corticoide por la piel varía de acuerdo con algunos factores. Por ejemplo, áreas como los pliegues cutáneos, el cuero cabelludo y la frente presentan mayor absorción. En los niños y en áreas con inflamación o descamación de la piel, la absorción sistémica de los corticoides también es mayor.

En general, no hay forma de corticoides exenta de efectos colaterales. No importa la vía, cuanto mayor sea el tiempo de tratamiento y la dosis utilizada, mayor son los riesgos de efectos adversos.

Efectos colaterales de la prednisona y de los corticoides en general

Al mismo tiempo que son drogas extremadamente útiles en una variedad de enfermedades graves, los corticoides presentan, principalmente si se utilizan a largo plazo, una lista inmensa de efectos secundarios indeseables, que varían desde problemas estéticos hasta infecciones graves por inhibición del sistema inmunológico.

Los efectos colaterales están estrechamente relacionados con la dosis y el tiempo de uso. El uso esporádico y por poco tiempo no es capaz de llevar a los efectos adversos que se describen a continuación. No es necesario preocuparse por la prescripción de corticoides por sólo una semana, aunque esté en dosis altas.

Cada vez que se considere el uso de corticoides a dosis altas o por tiempo prolongado, es importante colocar en la balanza los posibles beneficios y los probables efectos. El uso se indicará siempre que el médico juzgue que la enfermedad a tratar es más grave que los posibles efectos adversos.

Después de leer este artículo usted puede quedarse con la impresión de que la prednisona y similares son drogas terribles. Es importante señalar que el uso prolongado y en dosis elevadas sólo suele ser indicado en enfermedades graves, que pueden llevar a la muerte oa graves limitaciones.

a) Efectos colaterales de los corticoides en la piel

Los efectos estéticos de los corticoides son los que más molestan a los pacientes, principalmente a las mujeres. Alrededor de la mitad de los que utilizan al menos 20 mg diarios de prednisona, o una dosis equivalente de cualquier otro corticoide durante tres o más meses, presentarán efectos colaterales estéticos.

Entre los más comunes podemos citar la equimosis y la púrpura asociadas al corticoide. Estas alteraciones son pequeñas hemorragias que ocurren debajo de la piel, normalmente en áreas expuestas al sol, como manos y antebrazos. Otro efecto adverso común es una piel más fina y frágil.

Las estrías de color morado localizadas en la región abdominal, la calvicie, el crecimiento de pelos en las mujeres y el acné también ocurren con frecuencias en los usuarios crónicos de corticoides por vía oral.

El riesgo de cáncer de piel del tipo no melanoma parece ser mayor en las personas que toman corticoides por tiempo prolongado.

Los pacientes que hacen uso de corticoides en cremas y pomadas por largo tiempo también pueden presentar efectos indeseados en la piel, como atrofia, estrías, teleangiectasias y manchas moradas. Un mayor riesgo de infecciones fúngicas en la piel también ocurre con el tratamiento prolongado.

Una señal típica de la toxicidad por los corticoides es el desarrollo de la apariencia "cushingoide", que se caracteriza por una cara redondeada (llamada de fosas en la luna), por la acumulación de grasa en la región posterior del cuello y de la espalda (llamada de corcova o giba de búfalo) y por la distribución irregular de la grasa corporal, con predominio en la región abdominal y tronco. Este conjunto de efectos colaterales, llamado síndrome de Cushing, es uno de los más incómodos, pues cambia mucho la apariencia del paciente, principalmente en las personas que eran previamente delgadas.

El síndrome de Cushing aparece, habitualmente, dentro de los 2 primeros meses de tratamiento con corticoides en dosis superiores a 20 mg al día. En algunos pacientes, sin embargo, dosis superiores a 10 mg al día ya son suficientes para provocar esta alteración.

b) Efectos colaterales de los corticoides en los ojos

El uso continuado de corticoides sistémicos, normalmente por más de 1 año con dosis mayores que el equivalente a 10 mg de prednisona al día, puede llevar a cambios oftalmológicos, como la catarata y el glaucoma. Tanto los corticoides usados ​​por vía oral, por vía nasal (spray nasal para asma o bronquitis) o en forma de colirios pueden causar ambas enfermedades.

Los pacientes que hacen uso crónico de corticoides deben ser evaluados periódicamente por un oftalmólogo, con el fin de detectar señales precoces de catarata o glaucoma.

c) Efectos colaterales metabólicos de los corticoides

A partir de la dosis de 5 mg al día hay una clara tendencia a la ganancia de peso y acumulación de grasa en la región del tronco y del abdomen. Cuanto mayor sea la dosis del corticoide, mayor será la ganancia de peso.

Además de la acumulación de grasa, la corticoterapia crónica también lleva a cambios en el metabolismo de la glucosa, pudiendo, incluso, provocar diabetes mellitus. El riesgo es mayor en los individuos que ya presentan valores de glucosa ligeramente alterados antes del inicio de la corticoterapia. Aunque la diabetes es reversible en la mayoría de los casos después de la suspensión de la droga, algunos pacientes permanecen diabéticos para el resto de su vida.

Las dosis diarias de prednisona por encima de 10 mg por más de 3 meses también pueden provocar cambios en los niveles de colesterol, especialmente elevaciones en el colesterol LDL (colesterol malo) y triglicéridos, y reducción de los niveles de colesterol HDL (colesterol bueno).

d) Efectos colaterales cardiovasculares de los corticoides

La incidencia de varias enfermedades cardiovasculares suele aumentar con el uso prolongado de corticoides. Podemos citar el aumento de la ocurrencia de hipertensión, infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y AVC.

El riesgo de enfermedad cardiovascular depende de la dosis y del tiempo de tratamiento. Los pacientes que desarrollan síndrome de Cushing suelen ser los que presentan la mayor tasa de aterosclerosis y mayor riesgo de problemas cardíacos.

Dosis pequeñas de corticoides por poco tiempo no parecen aumentar el riesgo cardiovascular de forma relevante.

e) Efectos colaterales musculoesqueléticos de los corticoides

El uso crónico de glucocorticoide está asociado a diversas alteraciones musculoesqueléticas. La más común es la osteoporosis. En este caso, incluso dosis bajas, como 2, 5 mg o 5 mg al día, si se usan de forma crónica, pueden acelerar la pérdida de masa ósea.

La corticoterapia prolongada también es responsable de aumento de la incidencia de necrosis ósea, lesiones musculares (miopatía), fracturas óseas y trastornos del crecimiento, cuando se usa en niños.

f) Efectos colaterales de los corticoides en el sistema nervioso central

El uso de corticoides en un primer momento puede causar una sensación de bienestar y euforia. Sin embargo, a largo plazo está asociado a una mayor incidencia de cuadros psiquiátricos, tales como psicosis y depresión, además de insomnio y cambios de memoria.

g) Efectos colaterales inmunológicos de los corticoides

La inmunosupresión causada por la corticoterapia es un efecto deseable en los casos de las enfermedades autoinmunes, pero también puede ser un gran problema, ya que facilita la aparición de infecciones. Es necesario saber equilibrar bien los riesgos con los beneficios.

El riesgo de infección surge en aquellos que toman el equivalente a 10 mg al día o más de prednisona por varios días. Este riesgo es muy elevado con dosis superiores a 40 mg al día o cuando se obtiene una dosis acumulada de 700 mg de prednisona a lo largo de todo el tratamiento.

Además de facilitar infecciones, los corticoides también inhiben el surgimiento de la fiebre, dificultando el reconocimiento de un proceso infeccioso en curso.

Los pacientes sometidos a altas dosis de corticoides deben evitar vacunas compuestas por virus vivos, a riesgo de desarrollar infecciones de vacunación. Las vacunas con virus muertos pueden ser administradas, pero la corticoterapia también puede impedir la formación de anticuerpos, haciendo que la inmunización presente poca eficacia. Muchas veces son necesarias dosis mayores para una eficaz inmunización.

La candidiasis oral y la candidiasis vaginal son infecciones muy comunes en los pacientes que utilizan crónico de glucocorticoides.

i) Otros efectos colaterales de los corticoides

La lista de posibles efectos colaterales de los corticoides es muy extensa. Además de los que ya se han citado, otros efectos adversos relativamente comunes son: retención de líquidos, alteraciones menstruales, gastritis, úlcera péptica, esteatosis hepática, pancreatitis e infertilidad.

Cuidados y peligros del uso de corticoides

La corticoterapia prolongada requiere algunos cuidados, principalmente a la hora de suspender la droga.

El uso de prednisona o similares durante mucho tiempo, inhibe la producción natural de cortisol por la glándula suprarrenal. Como los corticoides sintéticos tienen una vida media de algunas horas sólo, la suspensión abrupta hace que después de 2 o 3 días los niveles de cortisol queden cerca de cero. Cuando la suprarrenal se queda mucho tiempo inhibida por la administración de corticoides exógenos, ella tarda hasta volver a producir el cortisol naturalmente. En general, tratamientos que duran menos de 3 semanas no suelen causar grandes efectos colaterales ni causan inhibición prolongada de las supra renales.

Como el cortisol es una hormona esencial para la vida, el paciente que suspende el corticoide sintético abruptamente entra en un estado llamado insuficiencia suprarrenal, pudiendo evolucionar hacia shock circulatorio, coma y óbito, si no es rápidamente atendido.

Por lo tanto, la retirada de los corticoides después del uso prolongado debe realizarse siempre de forma lenta y gradual. Nunca se debe suspender el tratamiento sin conocimiento médico.


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